Sepulveda. Su historia

paleoliticoLos orígenes de Sepúlveda se remontan al Neolítico. Restos encontrados en la cueva de Nogaleda dan fe de la presencia humana por esta zona hacia el año 3000 a.C. Los restos encontrados en la ubicación actual de Sepúlveda fechan las primeras poblaciones estables hacia la Edad de Bronce, pero hasta el siglo IV a.C. no se producen asentamientos de gran importancia. En dicho siglo se forma un castro celtíbero, que dada las características geográficas de Sepúlveda hacía de separación entre los pobladores de las llanuras, dedicados principalmente a la agricultura, y los pueblos más guerreros, que se dedicaban a la ganadería.

Los habitantes del castro celtíbero de Sepúlveda eran los arévacos, pueblo prerromano asentado principalmente en Numancia y Tiermes. La presencia romana en Sepúlveda es escasa, dado que una vez arrebatada la zona a los arévacos, los romanos realizaron sus asentamientos en las zonas llanas, próximo al actual pueblo de Duratón.

Existen vestigios de la presencia visigoda hacia el siglo VII: el arco de herradura re-aprovechado en la iglesia románica de El Salvador y un cubo de la muralla.

Espana711-1031dCHacia el año 711 Sepúlveda pasa a manos árabes, quedando en la actualidad restos de la muralla que rodeaba a la villa. En los años sucesivos, Sepúlveda pasa a tener importancia estratégica, por lo que hacia mediados del siglo X es reconquistada por Fernán González y posteriormente, hacia el año 984, Almanzor la vuelve a conquistar para las tropas musulmanas. Finalmente hacia el 1010 el conde Sancho García, nieto de Fernán González, recupera la villa y comienza la segunda repoblación de la zona por parte de los cristianos. Estas tierras fronterizas y peligrosas se reploblaron gracias a la fuerza de las armas y a los privilegios de la ley territorial: los fueros de Sepúlveda, que fueron confirmados por Alfonso VI el 17 de noviembre de 1076, el mismo año que se concedía al monasterio de Silos el lugar de San Frutos.

fuero_alfonso_VILa importancia de los fueros radicaba en que la administración y gobierno de la villa correspondían al Concejo, y el representante del rey intervenía sólo en contadas ocasiones. De esta manera, eran los vecinos los que a través de sus representantes se ocupaban de la justicia, la administración del mercado y las acciones militares. Con el paso de los años, Sepúlveda se convertía en un señorío de importancia. De hecho, sigue siendo cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra que comprende la propia villa y numerosos anejos.

Una vez creada la Comunidad de Villa y Tierra, fue dividida en ocho zonas que recibieron el nombre de ochavos para ordenar la repoblación y colonización de la zona. A finales del siglo XV los nombres de estos ochavos eran Cantalejo, Prádena, Bercimuel, La Sierra, Navares y las Pedrizas. El nombre del octavo ochavo se desconoce.

A lo largo de la historia Sepúlveda ha basado su importancia en su posición estratégica, pasando de unas manos a otras, pero hacia 1520 con la revolución de las Comunidades y la derrota de Villalar, decrece su presencia histórica y pasa a un segundo plano, hasta 1808 cuando Napoleón avanza hacia Madrid. En Sepúlveda se forma un grupo resistente que le hace frente, consiguiendo una primera victoria y replegándose luego para poder hostigar a las tropas napoleónicas.

Fuente: IES Miguel Delibes